Eos llorando la muerte de su hijo.
Obra del pintor Douris (480 a.C)
"Hubo un tiempo en que las
palabras eran como dioses"
De DE LA AURORA, Mª Zambrano
La Ira
llega sin avisar
y nos domina.
Después nos abandona,
pero es tarde:
a solas, sin su fuerza,
¿cómo soportar el eco de lo dicho,
la sombra de lo hecho...?
Acaso un Dios misericorde
nació de este sentir a solas.
O se inventó el perdón,
(esa palabra...)
de un suplicar al aire
un imposible;
de un desear
volver atrás el tiempo,
no hacer y no decir:
arrepentirse.
V.H.Gª.Brea
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llega sin avisar
y nos domina.
Después nos abandona,
pero es tarde:
a solas, sin su fuerza,
¿cómo soportar el eco de lo dicho,
la sombra de lo hecho...?
Acaso un Dios misericorde
nació de este sentir a solas.
O se inventó el perdón,
(esa palabra...)
de un suplicar al aire
un imposible;
de un desear
volver atrás el tiempo,
no hacer y no decir:
arrepentirse.
V.H.Gª.Brea
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4 comentarios:
Ma. Hola , gracias por tu visita a mi blog. Aquí estoy, descubriendo una nueva amiga que escribe.
En cuanto a la ira... es terrible. De sus barazos no hay quien escape de sufrir en todos sentidos como bien lo escibes.
Un gusto saludarte.
Hola Leticia. Encantada. Llegué casualmente hasta el seductor nombre de tu blog. Después, comprobé que en él se permite que sea el azar el que elija la lectura. Y, finalmente, ¡hasta pude escuchar un precioso poema tuyo en boca de una sevillana!. Ya te sigo para seguir descubriendo tus escritos. Muchas gracias por pasarte y comentar. Un abrazo, desde Sevilla.
Más que un pecado (extraña palabra también) la ira es una debilidad humana,nunca deberíamos dar lugar a su manifestación.Nos convierte en seres vulgares y despreciables y además,casi nunca sirve para nada,solo para sentir después ese dolor que tan bien has descrito en tu poema.Está probado que la ira es el arma de los inútiles o de los impotentes,de los que no son capaces de convencer con hechos o con palabras..
De nuevo he disfrutado leyendo tus poemas.
Te mando un abrazo desde Cáceres.
Hola de nuevo, Jerónimo. Gracias por tus palabras. Sí, es como dices. Ahora no recuerdo quién decía que no se debería incurrir en los mismos errores ¡con todos los que hay para elegir!, pero nos pasa... Un abrazo para ti desde Sevilla.
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