Fotografía de George Steinmetz (smashinghub.com) Sólo el corazón, o aquello que lo profetice y configure, puede llorar por lo que nunca ha visto
(MARÍA ZAMBRANO)
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Es vertical la luz.
Ahora es la inmanencia.
No es hora de soñar:
se precisa paciencia.
Que llegue el autobús,
pasar o no una prueba...
Así hasta que anochezca
y aullemos a la luna
tantísimos don nadie.
Oír decir al aire.
Que un bulto a contraluz
me muestre lo deforme.
Que, en fin, me desinforme
y de la memorie borre
las ganas de saber
para ya, sin porqués,
mirar a las estrellas
y al ver a la más bella
se acabe la vigilia
de tantas certidumbres
que a esta hora sin sombra
aun sin permiso irrumpen.
V.H.Gª.Brea
2 comentarios:
Me gustó lo de "acabar con la vigilia de tanta certidumbre".Creo que miramos poco hacia arriba,a las estrellas.Allí están muchas de las soluciones a nuestras frustaciones.
Un abrazo Mercurio.
Precioso poema, un saludo.
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