(Pintura de Renoir) |
El sol en los inviernos
provoca la sonrisa
de un beso por sorpresa.
Paseas y recuerdas
los versos del poeta
con fe en que nacerían
sobre su tumba flores
que imaginó amarillas.
Paseas y te preguntas
el cómo alguna vez
te cupo duda alguna
de que nada en la vida
es realmente tan serio.
Te dices a ti mismo
que la vida es un juego
o al menos debería.
Acaban de pasar
un niño muy pequeño
y una pequeña anciana
llevados por dos chicas
que yo hice de Ecuador
que bajo, dulcemente,
caminando charlaban.
Las ruedas del carrito
y las ruedas de la silla
me llevan a afirmar
que acaso salva el círculo
de la fatalidad
de entregarse a un afán
con fe en la línea recta
creyéndose inmortal.
Hoy sé que lo olvidado
lo vuelves a soñar;
que el sueño le devuelve
al consciente eternidad.
Hoy que paseo sola
por la misma ciudad
que parece distinta
por suerte o por azar,
que ni leyes humanas
ni leyes naturales
podrán nunca alcanzar.
Hoy amo las ausencias
que sólo en un momento
se captan las esencias
de cualquier realidad,
que en un lugar sin nombre
que en un lugar sin tiempo
por siempre quedarán)
V.H.Gª.Brea
3 comentarios:
Bello poema. Un saludo.
La poesía es capaz de expresar con pocas palabras todo un universo. Enhorabuena por tu texto.
con poesía podemos ser nosotrosmismos, muy buenpoema!
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