La Mona Lisa, de Leonardo da Vinci |
"Yo sé quién soy". Don Quijote.
Y ese deseo
de que no sean más que necedades
las que trae a la mente la razón,
alertada al sentir una emoción,
temerosa del daño previsible.
Y, después de desear,
asomarte una sonrisa
cerrada, inteligente, tan sutil,
revelándonos
lo necio de desear
que nos amen los demás
por lo que no sabemos
(¿o acaso nos conocemos?)
Y, luego, cerrar los ojos,
recostado en el colchón
de las imaginaciones colectivas
y olvidando lúcidas conclusiones,
poder, casi, aseverar
que somos lo que soñamos.
Y, al fin,
velado por los inventores de proverbios,
debajo de un árbol milenario,
sin escatimar en delirios de grandeza
(o ya sin vanidad alguna),
sentirte
(solo)
una parte de Universo.
V.H.Gª.Brea.
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