Pintura de Rufino Tamayo |
Eros besa los labios de las posibilidades
mientras el miedo, en esperada vigilia,busca abrazar sus fugitivas realidades.
No hay comunión posible, aún, ya:
es la hora, terrible, de la aurora.
Sobre la imprudencia o la debilidad,
amanece.
V.H.Gª. Brea
3 comentarios:
Sea como sea... hoy me encuentro con el miedo allá por donde vaya.
Precioso poema...
La aurora,esa hora en que se ajusticiaba a los condenados.
Me temo qe amanece más veces sobre la debilidad que sobre la imprudencia.Al fin y al cabo,somos poquita cosa.
Saludos.
Busquemos la imprudencia al alba..y la prudencia..cuando la necesidad nos escupe miedos..y no nos deje soñar
Prudencio Hernández Jr.
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